Actividades y enfoques inclusivos:
Las personas con necesidades educativas especiales pueden necesitar métodos adaptados y atractivos que les ayuden a participar y a sentirse seguras de sí mismas para contribuir a las iniciativas escolares contra el acoso. Es fundamental desarrollar actividades y talleres atractivos que ayuden a recabar opiniones. En lugar de depender de grupos o reuniones con los alumnos implicados, el uso de técnicas inclusivas de obtención de opiniones permite al profesor incorporar múltiples modalidades que pueden ser más accesibles para los CYP con SEND con lenguaje limitado o que utilizan formas alternativas de comunicación.
A continuación se exponen diversos ejemplos de enfoques basados en actividades para apoyar el compromiso.
Las técnicas de elicitación, a veces denominadas herramientas o métodos participativos (Clark, 2005; Goodall, 2018), pueden describirse como tareas que animan a los alumnos participantes a debatir sus ideas o aportar sus puntos de vista (Johnson y Weller, 2002). Por lo general, comprenden andamios basados en actividades o recursos físicos que fomentan la participación. Pueden incluir material u objetos visuales, verbales o escritos como alternativas útiles a las preguntas o instrucciones directas (Barton, 2015).
Su uso tiene la ventaja potencial de favorecer la transparencia, la comodidad del alumno y la comunicación auténtica. También puede dar más voz a los alumnos para equilibrar los posibles desequilibrios de poder entre el profesor y los alumnos (Barton, 2015). Además, pueden fomentar la confianza de los alumnos, facilitar y mitigar la ansiedad o el miedo. Algunos ejemplos de enfoques de elicitación son, por ejemplo, las tareas basadas en actividades, las actividades de fotoelicitación/fotovoz, las actividades de dibujo, las actividades de clasificación, la elaboración de collages y las entrevistas a pie. A continuación se describen algunos ejemplos:
Entrevistas orientadas a la actividad: Un estudio de Winstone et al., (2014) exploró las perspectivas de jóvenes autistas sobre su sentido de la autoidentidad a través de entrevistas que incluían una serie de actividades concretas y atractivas. Dos semanas antes de las entrevistas, los estudiantes participaron en tareas de dibujo que exploraban la autoidentidad durante una clase de Arte (por ejemplo, Figura 3). Se les dio un pequeño espejo y se les pidió que describieran cómo se sentían y qué pensaban que verían los demás. Así, mediante el uso de entrevistas orientadas a la actividad, los alumnos pudieron explorar un concepto complejo desde su propio punto de vista y articular sus perspectivas de múltiples maneras.
Figura 4. Dibujo de un alumno de lo que le gustaría ser en el futuro (Winstone et al., 2014, p.198).
Un enfoque alternativo se utilizó en un estudio de Goodall (2018) que exploró las perspectivas de un grupo de jóvenes autistas con respecto a su propia escuela. Las actividades de dibujo pedían a los alumnos que describieran un buen profesor y un mal profesor añadiendo dibujos y texto a dos esquemas genéricos de una figura. También se invitó a los alumnos a diseñar su propia actividad escolar a través del dibujo, y algunos también produjeron un dibujo de sí mismos en la escuela con anotaciones añadidas (Figura 5); posteriormente, se pidió a los alumnos que describieran oralmente cada uno de estos trabajos.
Los alumnos también participaron en una actividad de "clasificación en diamante" (Figura 6) mediante la cual se ordenaron los aspectos de la vida escolar de más a menos importante. Además, los alumnos participaron en una actividad de "frijoles y macetas" (Figura 7) colocando una bola de poliestireno personalizada en macetas de Verdadero, Falso o Inseguro en respuesta a una serie de afirmaciones (Goodall, 2018, 2019, 2020).
Figura 5. Dibujo de un alumno de la actividad de dibujo "Yo en la escuela" (Goodall, 2019, p.21).
Figura 6. Aspectos de la escuela clasificados por diamantes (Goodall, 2019, p.17)
Figura 7. Actividad "Frijoles y ollas" (Goodall, 2019, p.17).